octubre 07, 2019

Todo lo que un blog puede hacer por ti

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Siempre que puedo cuando platico con algún cliente, hablo de los beneficios de por qué tener un blog. Porque esto no es sólo para alguien que tenga un negocio, (yo me di cuenta con los años con malabarista de todas las mujeres creativas que andan por aquí) por el simple hecho de que les gusta ponerse "hacer"e identificarse con su propio proyecto de vida.

 

Pasión, talento, proyecto personal o simple gusto.

Con las redes sociales y toda la infinidad de medios digitales, nos podemos acercar a cualquier

rincón del planeta.

Muchos de los proyectos que sigo de mujeres más o menos de mi edad, escritoras, bloggeras, mamás, fotógrafas y una lista enorme de gustos y también de profesiones, descubrí que lo que las conecta es esa hambre de creación.

Porque no importa mucho el cómo, sino el por qué haces lo que haces, el punto es por qué te hace sentido y lo disfrutas tanto.

La gran mayoría (Además de sus planes comerciales) tiene esas historias de corte y comienzo, renovarse o "morir", tiene algo qué decir; tiene esa parte de "quiero crear y lo quiero enseñar".

Los blogs me enseñaron ese lado, es un "sub mundo" complejo de mil temas con público para todo donde hay un montón de mujeres que saben a dónde quieren llegar, disfrutan crear y saben que su desarrollo es importante.

La función de la mayoría de los que me gustan es inspirar a que "hagas", a que te enseñen algo nuevo y a que te conectes con esa sensación, idea, pensamiento, acción o ¿porque no?, hasta con una receta en la cocina... porque lo que te hace sentir es que tú también puedes y que haces.

No sé si son temas de hijos, pareja, moda, espíritu, decoración, meditación, cocina o emprendimientos, no sé si el tema es sólo buscar inspiración a ver qué te gusta o sólo tu interés personal de tener algo tuyo porque siempre te repartes para medio mundo. 

No lo sé. Pero sí sé que a mis 40 años la vida te invita a que encuentres el deleite en lo cotidiano y que la embellezcas un poco.

He comprobado sus efectos.

 

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Negocio y marca personal

La historia de malabarista empezó con un lugar donde reuniera mi parte profesional (diseño gráfico) y un nuevo emprendimiento: la generación de contenidos dentro de un blog para que por medio de ellos diera a conocer otros proyectos nuevos y cosas que me gustan.

Tuve una tienda en línea con productos que diseñé con un buen amigo donde desarrollamos una línea de objetos muy padres para decorar que los vendimos en tiendas y bazares; además, hice por un buen rato los cursos presenciales para emprendedoras.

Ambos proyectos le dieron ingresos a malabarista (más, el último con los cursos) y a la par, a veces daba clases en la Universidad y el freelance que sigo trabajando en diseño gráfico desde hace años.

Malabarista también me ha traido nuevos clientes en diseño por la exposición del blog, pero también, me ayudó a comprender que mucho de los contenidos que hago por puro gusto pueden dar algo más... algo increíblemente invaluable: encontrar la inspiración para conectar con algo.

 

ENTONCES, ¿VALE LA PENA TENER UN BLOG?⠀

 

Sí.

Un blog es una poderosa herramienta de contenidos.

 

Si tienes un proyecto concreto de negocio o dominio de un tema, un blog es una herramienta muy útil dentro de tu estrategia y conocimiento de marca.

 

Te da sorpresas.


Un blog es como un jardín donde puede crecer casi de todo, hasta florecer y convertirse en una buena idea de proyecto personal si siempre es alimentado desde tu deseo interno de curiosidad, inspiración y creatividad.⠀

 

El objetivo puede ser comercial o no, convertirse en marca, libro, negocio, productos, cursos, espacio de creación profesional o cientos de palabras y contenidos que puedan aportar valor a los demás!. ⠀

 

Malabarista es inspiración para una vida creativa, emprendedora y feliz; y es que no saben de las que me ha salvado... y no me refiero al darme dinero. A mí, la creatividad siempre me ha salvado emocionalmente hablando.

¿Cuánto duran las cosas? no se sabe, lo padre es que van evolucionando contigo y sigues creciendo a pesar de ya haberlo hecho.