UNA VUELTA POR ORLANDO (PARTE 1)
Hace varias semanas estuve en una aventura tropical por Orlando Florida. No fue un viaje de parques temáticos al estilo de la magia de Disney, pero personalmente fue como estar en una rueda de la fortuna y aventarme de un tobogán lleno de emociones.
Me quedé en una hermosa casa que fue construida en 1915. No puedo dejar de imaginar las historias y remodelaciones que ha vivido. Y como ya sabemos que el estilo, la estética y los detalles me llenan el ojo, en el próximo post (segunda parte) les muestro un poco del interior.
Este es un paseo visual (parte 1) de calurosos días de paz tropical en una hermosa área rodeada de árboles, hojas gigantes, metros y metros de heno que danzan en cada árbol entre ardillas y cientos de lagartijas que te acompañan todo el día.
Además de las bonitas cosas que encontré que me inspiran el alma y el diseño cada vez que puedo viajar, puedo contarles algo que reflexioné en este viaje antes de seguir con las siguientes imágenes - y es que en una zona tranquila y alejada de los conglomerados turísiticos, es casi imposible no encontrar tiempo para reflexionar -
-La vida está de llena preguntas y no sé si uno alcance a contestarse todo en una vida tan corta o sea mejor dejar de preguntarse tanto.
-Somos el reflejo de las relaciones y situaciones complejas o felices que hemos vivido.
-Cuando hacemos el balance de las personas que se van, las que se quedan, las que son familia de vida o elegida, a esta edad me doy cuenta que no necesito mucho. Sólo me interesa tener relaciones significativas y tener con quién compartirlas me enriquece el alma.
-Sentirme querida y pensada por mi familia de sangre y extendida, me hace sentir una mujer afortunada.
Dicho lo anterior, las fotos son las que siguen esta historia:
Definitivamente necesito estar rodeada de plantas, me llevan a una magia casi celestial de donde no me quiero mover. El intenso calor me recueda que a mis pasados treinta y siete años ya se te hinchan los pies y no creo que yo ayudé mucho con las cervezas y cafés que bebí. Pero así son las vacaciones.
Orlando es una ciudad llena de lagos que refrescan la vista, con algunas zonas escondidas llenas de vegetación que danzan con enormes hojas casi como jardín encantado.
NOTA: (Foto abajo). Esta casa me la encontré caminando por ahí y me enamoré, es la única foto que alcancé a tomar y uno de mis lectores del blog me pidió que si podía mencionar algo del estilo. Pues bien, esto es lo que investigué:
Esta zona está llena de casas construidas entre 1911 y finales de 1950 con el concepto de "Bungalows". Sus estilos van desde lo colonial, mediterráneo, clásico y tudor. Aquí hay más detalles de la historia de conservación de esta zona.
El suave azul de la fachada con los blancos marcos de puertas y ventanas la convierten en una foto digna de una postal. El naranja intenso del columpio es el centro de atención que invita a imaginar largas tardes de verano.
Por cierto, amo las espadas de San Jorge, Sansevieria o lenguas de suegra (Las plantas largas) yo tengo un montón en casa, son muy aguantadoras y muy de los 60´s, volvieron de moda. Sí, las plantas también se ponen de moda. Las alturas y texturas que hace este jardín con su variedad de contrastes verdes está increíblemente cuidada.
Fantásticos tonos de Bromelias tropicales y jardines llenos de color.
Estuve cocinando con mi jefa de jefas o sea, mi madre. Hace mucho que no lo hacía y había olvidado el torbellino que es danzando entre las cazuelas y los ingredientes.
El veredicto:
“Soy hija de mi madre”
Hago mucho ruido como ella, lleno de ollas la estufa, saco todas las especias como si fuera a poner un puesto en la calle, no pico “finito” ni con paciencia sobre la tabla; y la verdad, hago un verdadero desmadre cuando cocino.
Pero el sazón está casi perfectamente dominado. ¡Lección aprendida! Tal vez sí son cosas que se heredan y el disfrute definitivamente se aprende.
La satisfacción con la que presenta la mesa me recuerda mi niñez. Recuerdo la dedicación y cariño con la que llenaba la mesa, la estufa siempre trabajando con deliciosos aromas e interminables ideas nuevas donde siento que quería llenar de color y calor el alma de los demás.
Y así se ve cuando la mamá te enseña a preparar cordero a la perfección.
Hice nuevos amigos que me sacaron a pasear.
Y para no perder la oportunidad de crear contenido para el blog, las tardes se fueron con múltiples cafés y té chai acompañados con este clafoutis de cerezas. Pronto les paso la receta que hicimos.
Extraño esos momentos de darme la chance de no hacer nada. No siempre puedo bajar el ritmo, pero hacer un hábito para detenernos estemos donde estemos es muy importante para tomar energías y poder seguir avanzando.
En el próximo post les muestro el estilo interior de esta linda casa.
Por cierto:
Estas últimas semanas han estado llenas de cambios técnicos en el sistema interno de esta página que me ayudan a optimizar el armado de los artículos. Se están haciendo ajustes y hubo un atraso en la programación de las publicaciones. Pero pronto tendré nuevas noticias en las que he estado trabajando: ¡Un lanzamiento nuevo para todos mis lectores emprendedores y que me tiene trabajando con mucha emoción!
Siguiente post: Orlando parte 2