CREMA DE EDAMAMES CON PORO Y BRÓCOLI
Dicen que una sopita caliente es levanta ánimos y puede ser tan sencilla o sofisticada como esté el humor de cada quién.
Recuerdo esas comidas de tres tiempos que eran algo tan cotidiano en muchas casas: la típica sopa aguada de fideo o verduras, el plato fuerte que en su mayoría era carne y alguna guarnición, ensalada y al final unos rechonchos duraznos en almíbar o un arrocito con leche para rematar; y no sólo hablo por la casa de mi infancia, varias personas que conozco escucho que acostumbraban esos tiempos de comida y los deliciosos frijolitos fritos con manteca del paquete azul; la información de grasa y azúcar no era un tema de importancia, la vida era fácil y las preocupaciones distintas; se tenía la paciencia de marcar un número en un teléfono de disco y ver la rueda regresar, no importaba que el número tuviera muchos nueve, no hay prisa... al final te sentabas al teléfono con tu arrocito con leche.
Y con esta anterior narración, creo que es lo que podría ejemplificar el confort que da una simple sopita, caldo o crema: es vida lenta, sin prisa ni terror.
Esta crema de edamames es un resultado de un refri de sobras, ya había hecho de coliflor y brócoli, pero se me ocurrió presentarlos a todos al mismo tiempo.
CREMA DE EDAMAMES Y BRÓCOLI (Y COLIFLOR)
-Cocer a todos por igual.
-En un sartén asar con aceite de oliva: poro cortado finamente,
ajo picado y cebolla. (El poro si se pasa de quemado, sabe algo amargo, no hay que dejarlo demasiado tiempo, y se usa sólo la parte blanca y poco de la verde más pálida)
-Licuar todo con una taza de caldo (opcional) o agua de la cocción de verduras.
-Agregar una taza de leche de su preferencia (Queda muy rica con un toque de crema pero yo no lo hago por cuidar la grasa).
-Sazonar con un toque de cúrcuma, pimienta, sal y albahaca seca.
-Servir con pan crujiente y queso de su preferencia.