TODO SOBRE MI ESPOSO
Alonso:
Llámenme romántica -no tengo remedio-, pero no sé manejar tanto que siento cuando tu pareja agarra el sartén y te dice: "sírvase algo porque yo voy hacer todo en la cocina"... ¡Qué flores ni qué nada! no me dicen dos veces.
Alonso es mi no media naranja, porque aquí cada uno es una fruta completa a su manera.
Alonso es un hombre de rituales, -muchos- ya no sé si es la adultez que se mezcla entre los días que se siente muy joven o terriblemente viejo. Siempre he creído que desde niño tiene un señorcito viviendo dentro de él.
El placer que encuentra en la comida y los sabores es casi tan colorido como las melodías de sus eclécticos gustos musicales.
Es pausado, lo hace con toda calma, como si ahí pusiera fin al ritmo y su carácter que en la semana no cede.
Él es así detrás de su comida - a veces creo que le emociona más una cochinita pibil y albóndigas caseras que un súper restaurante con nombres impronunciables.
Juntos somos personas comunes, no sabemos de vinos perfectos o maridajes de revista, pero sí sabemos la felicidad y la tranquilidad que da la facilidad de lo que no tiene pretenciones.
A lo que le tiene fe es al disfrute de las simples cosas. Descubrir nueva música, un día de sol, caminar por un lugar nuevo y estar descalzo siempre que puede; si sus pies tocan el pasto mejor. -He visto cientos de veces cuando entra en confianza y se quita los zapatos en cualquier lugar-
Pero es en ese preciso momento pausado, picando finamente y probando sus mezclas con absoluta fe donde encuentra uno de sus tantos "momentos", dejando que el mundo ruede y tratando de estar ahí y nada más. En lo que cuenta la historia de la canción, el músico, el año y la clabe del bajo que se escucha mientras da un sorbo a su cerveza bien helada y tiene su cuchillo favorito en la mano sintiéndose un profesional del "ajo picado finamente".
En lo que recuerda algún familiar, una historia de pequeño y la comparte... en lo que me dice: Creo que ya soy un señor.
Él cree absolutamente en lo que esta haciendo en ese momento, dándome sólo una mirada entre un paso y otro para saber que tenemos todo lo que supera lo material, que estamos bien. Esa mirada que me recuerda que no necesitamos estar pegados para sentirnos tan cerca, esa que dice que cada detalle de mí no se le olvida nunca porque me conoce muy bien.
Él es ese hombre que más que preocuparse por escalar montañas, le importa conocerse y ser agradecido de caminar donde está y aceptarse como es; -ese es su mayor triunfo-
Sabe que tiene la capacidad de disfrutar sentados en un patio de 1 x 1 m de la misma forma que en un roof garden en el mejor hotel en Roma.
El es así, de pequeños y sabrozos placeres, donde se da la oportunidad de dejar "el jefe" y el orden productivo que debe de mantener en marcha.
Donde se cuestiona si vale la pena construir con tantas fuerzas agotadoras y horas una empresa o bien, decidir por un equilibiro y calidad de vida disfrutada.
Él es así.
El que le encanta compartir y escuchar los intereses del otro para aprender algo nuevo, el que no le da pena sacar su florido lenguaje porque simplemente así es él; el que de pronto se sabe la mayoría de las películas de "ficheras" del cine Mexicano, las frases de los "polivoces" - si andan rondando los 40 ya se darán una idea de lo que me refiero- y que maneja la historia básica católica-cristiana simplemente porque creyente no es, pero ignoránte tampoco. (Es una historia muy larga que me dejó una buena lección de vida).
Simplemente, no tiene que quedar bien con nadie.
Y todo esto lo completa sin importar si es una bolsa de chicharrones lo que hay a la mano o unos ostiones súper visuales y elaborados, donde sea y como sea, el chiste es:
Saber estar.
Así, conociéndose tanto y esforzándose por mejorar y aceptarse sin dejar por absoluto nada: todo es importante.
Él es ese ostión a las brasas que tiene mucho de su personalidad: Se reinventa a su ritmo, se cuestiona, se arma despacio y a su tiempo se transforma; de apariencia dura como concha por fuera, pero un mar de emociones por dentro que dicen: Me gusta lo que me he convertido, cada día quiero construir por mí, me gusta estar aquí y acompañado soy feliz.
Renglones arriba decía: somos dos frutas completas y a mí me encanta compatir el mismo frutero.
Su receta de dos preparaciones de ostiones a las brasas aquí.