Los maravillosos efectos de escribir frecuentemente
No es la primera vez que escribo, pero nunca lo había hecho así.
Había escrito para clientes el “copy” publicitario para sus anuncios y los adjetivos que cantan la narrativa de sus productos que diseño; los textos publicitarios tienen que quedar bien y casi caigo en lo mismo cuando abrí malabarista.
Me tomó algo de tiempo encontrar mi estilo para el blog, sabía que si me preocupaba por tener una narrativa impecable no funcionaría -porque no era un cliente más- era yo escribiendo mi marca, que al final del día no es más que una persona: yo.
Estas 3 cosas las he aprendido con el hábito de escribir frecuentemente:
Escribir te da un par de lentes nuevos para la vida
Escribir creativamente despierta tu curiosidad y pone a tu cerebro a ejercitarse -para después dejarlo descansar de toda esa ebullición que se ha incubado como león enjaulado-
Escribir constantemente te ayuda a repasar detalles que no veías antes, retener, recordar y ver las cosas desde otra perspectiva.
Te ayuda a poner esas ideas complejas en otro lugar, para re-significarlas, evaluarlas y ver que no todo está tan difícil como tú creías, te da espacio para “escuchar” lo que a veces no se ve o no queremos ver.
Porque muchas veces sólo vemos las letras: N O y nos perdemos la chance de ver las letras de : T A L V E Z.
Escribir mejora tus canales de comunicación (Profesionales) y puede ayudarte a vender mejor.
Desde la forma de redactar un mail de trabajo o solicitar algo, desde ahí se pone en descubierto la disciplina y muchas veces, amplifica para mal o para bien, la calidad de lo que ofreces.
Seguramente les ha pasado que pueden juzgar (positiva o negativamente) un servicio o persona desde la forma que responde un correo.
¿Cómo te presentas hacia el exterior, ¿Cómo quieres ser escuchada?, ¿Cómo quieres lograr esa primera impresión - sensación?
Recibo frecuentemente correos que me solicitan algo a cambio, espacio para un anuncio dentro del blog, escribir lo que ellos quieren a cambio de darme un descuento… prácticamente sólo me venden la moto.
Los que me cautivan y me cuentan una historia, son los que me doy el tiempo de analizarlos a detalle y son los que mejor redactados están.
El hábito de escribir es una práctica fructífera y de aprendizaje continuo, te proporciona mayor comprensión, estructura y claridad al momento de hablar de tu negocio o ¡por fin! te ayuda a ponerle orden y personalidad a ese fantástico producto para poder diferenciarlo de su feroz competencia.
Escribir le agrega un nuevo significado a tu historia y a su vez, una nueva experiencia de gratitud.
Porque todos tenemos una historia común, compleja, trágica, maravillosa, de logros y de batallas.
Escribir recolectando experiencias pasadas te hacen rico el presente, te das cuenta de todo lo que forma parte de ti, de tu interior, de tu existencia, de tus buenos y malos modos -fuera de lo que sólo aparentemente se ve que tienes y muestras más-, es tocar la riqueza interior que te ha convertido en la persona que eres hoy, escribirla y re-escribirla.
¿Por qué? Porque somos más que la foto.
Escribir desde la autenticidad (tuya, no de la que te gustaría tener), es un ejercicio de auto reflexión y agradecimiento.
Hay muchos estudios que comentan los beneficios de escribir, desde psicológicos hasta altas dosis de felicidad que potencian el mundo interno -creativo- que todos podemos explorar.
NOTA FINAL:
Nos gustan las historias, nos emocionamos y nos hacemos parte de ellas cuando las leemos, nos reflejamos y nos convertirnos en esos protagonistas que despiertan nostálgicamente sus anhelos guardados.
Hay el que escribe porque se encuentra, el que da y comparte, el que es un mágico soliloquio, el que te atrapa, el que quiere reconocimiento, el que conecta, el que divierte, el que protesta, el que crea de todo un tratado científico, el que quiere ser visto y hay también el que escribe sólo para sí mismo.
Al final, la mayoría quiere ser leído.
Todos hoy escribimos algo, la tecnología nos permite expresarnos, sentir que “estamos creando algo” desde parafrasear una frase motivadora con "letra grande" y tu selfie, hasta un mensaje de texto para avisar que ya llegaste a desayunar y otro para que el marido no olvide traer la leche y las tortillas.
El fin de este texto no es para discutir que todo mundo debería de escribir o que sólo por hacerlo te convertirás en un profesional.
Es para reflexionar que todos podemos intentarlo y es un buen ejercicio para conectar con nuestro propio mundo interno: el de las ideas, los pensamientos, el que hace que tu carrera, vida, pasión o vocación renueve un nuevo y refrescante camino creativo encontrando mayor sentido a lo que haces y por qué lo haces.
Empecé diciendo que nunca había escrito así, como quiero y cómo llega: se incuba, se siente, se sazona y sale con las palabras que rebotan de un lado a otro en el cerebro mientras manejo, hablo o escucho con atención.
Cientos de ellas acaban en las líneas digitales de un micro post en las redes sociales o ampliamente dentro del blog donde se convierte en una comida pausada a “5 tiempos"
Quién sabe si se conservará siempre igual, no importa.
La belleza es que todo se transforma y ahí está la magia.
Es animarte a bailar aunque seas la primera en la pista, tal vez no sale perfecto, tal vez piensas que todos te ven; y la verdad es, que cuando dejas de voltear al rededor te darás cuenta que a nadie le importó esos movimientos ochenteros, lo que cuenta es que lograron que la pista se llenara.